9 de octubre de 2008

Una historia casi real


Una mujer de edad avanzada baja a la calle, a la calle donde ha vivido casi toda su vida, se dirige a la tienda de su amigo Pedro, una vez en la tienda le pide al tendero que le de un paquete de lentejas, ya que hoy viene su hijo a comer, Carmen, que así se llama la mujer, paga y se va. De camino a su casa le para una chica de unos 30 años para preguntarle si por ahí hay algún quiosco, ya que, según dice, en ese quiosco le han dado un billete falso, en esa calle nunca ha habido un quiosco, así que Carmen, amablemente, le dice que no, que los únicos quioscos que hay están en la plaza del pueblo, la chica insiste en que por esa zona hay un quiosco. Mientras por detrás, aparece otra mujer, una mujer bien vestida, con pinta de cincuentona, lleva unas gafas enormes que le tapan medio rostro. La mujer se mete en la conversación sin dejar hablar a ninguna de las dos. Habla rápido, y no se le entiende bien lo que dice. Está diciendo algo de un quiosco que hay por la zona, Carmen le pregunta que donde vive? ya que por esa zona no hay ningún quiosco, la mujer hace un gesto con el dedo y señala a una calle, al mismo tiempo de dice que vive "por allí", a Carmen le extraña porque nunca la ha visto. Al momento, la treintañera saca un paquete envuelto con papel de periódico, es un paquete rectangular, Carmen lo mira y se da cuenta de que es un fajo de billetes. Ay Dios!! exclama carmen! De donde has sacado eso? pregunta. La treintañera esquiva la pregunta y le dice que ella no puede quedarse con ese dinero, y que tiene que deshacerse de el, y que piensa tirarlo por el vater. La mujer, que ya había callado, le dice que para tirarlo, lo reparte entre las 3. Se abre la puerta de un coche, sale de el un chico joven, de unos 20 años intuye Carmen. Llama a su madre, que curiosamente es la chica, el chico se acerca y pregunta si se van ya, su madre le contesta que necesita deshacerse del dinero, y la mujer insiste en repartirlo, propone irse a un sitio que no les vea nadie, un sitio apartado y allí repartirlo, Carmen, acepta por miedo, y se va con ellos.
En el descampado de detrás de casa de Carmen, tenemos a una mujer de unos 30 años, junto a su hijo de 20, otra mujer bien vestida sin pintas de lo que es en realidad, y Carmen, empiezan a hacer el reparto y Carmen insiste en que ella no quiere ese dinero, la chica le mete el dinero en la bolsa, Carmen inmediatamente lo saca, y le dice que de verdad que ella no quiere el dinero. Con la excusa de que viene su hijo a comer, y un coche que pasaba por allí Carmen se va a su casa, y todo queda en una extraña anécdota.

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